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Por decreto del 28 de agosto de 1852, Urquiza declaró la libre navegación de los ríos Paraná y Uruguay para los buques de cualquier bandera, principio en el que estaban especialmente interesadas Brasil, para lograr un fácil acceso a Matto Grosso, y Francia e Inglaterra por razones económicas, habiendo enviado a los diplomáticos Saint-Georges y Hotham respectivamente, para su otorgamiento mediante tratados. La Vuelta de Obligado quedó solo como un recuerdo. Pero fue el testimonio de la existencia de argentinos bien nacidos, que defendieron con honor la soberanía del país. JUAN MANUEL DE ROSAS Y LUCIO MANSILLA CONSTITUYEN UN MODELO IRREEMPLAZABLE, ANTE TANTA INMUNDICIA.